jueves, 23 de julio de 2009

El aprendizaje y el desarrollo de las competencias

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Hoy en día en el marco de la reforma integral de la educación media superior es posible afirmar que el aprendizaje no es trivial, y se puede sostener con las siguientes argumentaciones.

El aprendizaje actual que llevan los alumnos es un proceso de gran valor, no se centrá más en los contenidos y en su aprendizaje por sí mismos como sucedía en el pasado. Los resultados de aprendizaje a alcanzar en el proceso de enseñanza-aprendizaje no se confunden con los contenidos debido a que estos se expresan a partir de competencias, las cuales exigen trascender los conocimientos teóricos a su práctica cotidiana, pero no por ello circunscribir al aprendizaje con la nocion de competencias; por ello los resultados de aprendizaje expresados en términos de competencias integran conocimientos técnico-científicos teóricos que se concatenan con los procedimientos que permiten la utilización de los primeros, y con los valores y actitudes que le dan sentido a los aprendizajes o competencias a desarrollar en el alumno. El aprendizaje no es incorporación de conocimientos nuevos, sino un proceso de contrucción del mismo a partir de sucesivar reconstrucciones del saber nuevo con el previo. El aprendizaje no es responsabilidad del docente es del alumno, lo que haga o deje de hacer determinara si construye o no el conocimento en cuestión; aunque es tarea del profesor fungir como mediador al proveer las herramientas o instrumentos entre el objeto de estudio y la estructura cognitva del estudiante que demandan la movilización de estos para afrontar una situación, tomar decisiones, resolver problemas. El aprendizaje de hoy se diferencia del que ha prevalecido por años en tanto que es un constante hacer, es decir en una acción continua de movilizar conocimientos, habilidades, capacidades, valores y actitudes y de tener desempeños competentes. El aprendizaje es más que capacitación, entendiéndose esta como hacer capaz a un alumno en las habilidades y destrezas que se asocian a un análisis y descripción de un puesto de trabajo, se debe concebir con mayor amplitud, es decir no se trata exclusivamente de la transferencias de procesos, tareas y procedimiento sino que debe abarcar un sentido más integral rescatando no solo el aprender a conocer y el aprender a hacer, sino contemplar también el saber a convivir y el aprender a ser. Esto ayudaría mucho en cuanto que de las instituciones educativas no egresarían autómatas expertos, sino por el contrario ciudadanos responsables y comprometidos consigo mismos, con sus semejantes y con su medio. El aprendizaje por un lado debe ser significativo y situado, significativo en tanto a que deber útil a las expectativas presentes y futuras del educando y estar relacionado con los conocimientos previos (zona de desarrollo proximo) del tema a aprender y situado para que el alumno se interese en él y se motive a construir el conocimiento o a desarrollar la competencia X y al mismo tiempo debe ser congruentes a las características del estudiante para que esté en posibilidades reales de alcanzarlos. El aprendizaje basado en la acción que implican las competencias no debe soslayarse del análisis, reflexión y comprensión a manera de lenguaje escrito y/o hablado, ya que el discernimiento que de la acción se haga se enriquece los conocimientos y competencias nuevos, los cuales provienen de conocimientos y competencias del pasado que han alcanzado niveles de superioridad y complejidad que han influido e influirán en el desarrollo técnico-científico y en el progreso de la humanidad. El aprendizaje es la oportunidad que el alumno tiene para contruir el conocimiento y de construirse a sí mismo, por lo que las actividades de aprendizaje deben combinar contenidos teóricos, procedimentales, valores y actitudes para formar más alla de colectividades productivas sino ciudadanos, personas humanas comprometidos con su desarrollo personal y profesional suyo y de sus semejantes y de su entorno físico.
Si con lo anterior ha quedado claro que el aprendizaje no es algo trivial, por lógica su observación y medición no debe serlo y mucho menos a través de una serie de preguntas a propósitos de contenidos cualesquiera, porque si el aprendizaje se transforma en un continuo aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser, es imprescindible que el profesor transforme sus procesos de evaluación, que realice una evaluación diagnóstica, de seguimiento y de cierre del proceso de enseñanza-aprendizaje, que contemple la evaluación de competencias, las estrategias didácticas empleadas, la labor de mediación del docente y la labor del estudiante en su esfuerzo por aprender, incluidos también los recursos materiales que intervinieron en el proceso de aprendizaje y el tiempo establecido para las actividades de aprendizaje. Independientemente del momento de la evaluación el docente, debe emplear nuevos y mejores instrumentos de evaluación tales como las listas de cotejo, guias de observación, portafolios de evidencias que le faciliten la recolección de evidencias de conocimiento, producto y desempeño del estudiante para tener las herramientas de evaluar integralmente al alumno; ya que medir el aprendizaje con un simple cuestionario de diez preguntas sobre cualquier contenido, no es funcional ni ético en el enfoque de la formación basada en competencias que propone la RIEMS.

Atentamente
Carlos Manuel Ramayo Pech.

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